Una de las mínimas medidas
para salir del crimen cometido por los poderes financieros con la colaboración
del poder político como mano ejecutora sería nacionalizar la banca y mandar a
la cárcel a todos los mafiosos y sus lacayos políticos que están llevando a la
ruina a este país. Palabras como las de ese gángster, presidente de Bankia,
donde el dinero público, unos 19 mil millones de euros que se debía destinar a
su rescate, no se tendrían que devolver ya que según sus palabras textuales “Es
capital y no hay que hablar de devolver nada…”. Y sus declaraciones se
convertirán en hechos, porque aún se ha quedado corto ya que el montante total
del latrocinio será de 23.500 millones
de euros (de momento) que se sumarán a los más de 220.000 millones que hemos
regalado al sector bancario. Esta camarilla de sanguijuelas que están saqueando
el país con total impunidad lo hacen parapetados por la gran mayoría de medios
de comunicación, los grandes partidos institucionales, la justicia y, en definitiva,
por un sistema que en su vertiente más cruel el neoliberalismo nos está
hundiendo en la miseria, en la sinrazón de una vida esclava. Cada día vemos
atónitos como personajes siniestros como el presidente del Banco de Santander,
al cual entre otros delitos se le implica en una estafa de 600 millones de
euros, con el crimen prescrito y gobernándonos tan ricamente; y podríamos
seguir con la nómina de sinvergüenzas, estafadores y ladrones como Rodrigo
Rato, Juan Pedro Hernández Moltó y
otros tantos todos ellos apoyados y sustentados por el gobierno de turno, y si
alguno de ellos por casualidad acaba en la cárcel ya está el presidente del
gobierno para indultarlo.
Así
que sin quererlo ni beberlo tenemos que mantener entre todos a esta lacra y
pagar sus delitos; mientras nos despojan de todos nuestros derechos y aniquilan
el mínimo Estado social que poseíamos. Las desigualdades, la miseria y el
crimen hasta qué punto lo vamos a permitir. Hay que derribar el sistema
capitalista, luchar por un mundo más justo y enjuiciar a todos estos criminales
puntales del gran capital.
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