El Lince Rojo

EL LINCE SOLITARIO RECORRE SU HÁBITAT LIBRE COMO EL VIENTO SIN OBEDIENCIAS, SERVIDUMBRES NI ADULACIONES.

jueves, 17 de mayo de 2012

La larga travesía por el desierto

Quedarse sin trabajo en los tiempos que corren, sin duda, es un drama; la impotencia y la violencia que vives en tu propia piel tiene unas consecuencias bastante perniciosas para tu estado psicológico y físico. El ir mendigando como un esclavo un puesto de trabajo, en muchas ocasiones, con sueldos de hambre simplemente porque tienen que sobrevivir los tuyos y tú te esclaviza, te humilla, te somete, te acorrala y la libertad no es más que una palabra hueca que carece de sentido. La economía criminal que padecemos fruto de un sistema que tiraniza, avasalla y subyuga física e ideológicamente a los trabajadores nos ha hecho simples rebaños al arbitrio del capital. La feudalización de la sociedad nos está llevando a caminos suicidas y a retrocesos en materia social que nos lleva hacia la autodestrucción como género humano. Debemos buscar fórmulas para luchar por la emancipación de las personas, porque todos tengamos los mismos derechos y deberes. Si miramos el actual atentado contra el derecho al trabajo como es la Reforma Laboral actual vemos que los trabajadores son siervos que pueden ser humillados, ultrajados y expoliados sin ningún rubor por los grandes empresarios. Ellos tienen todos los derechos y carecen de deberes mientras que nosotros carecemos de derechos, totalmente aniquilados con premeditación y alevosía, y tenemos todos los deberes habidos y por haber. No nos podemos quedar lamentándonos solos en nuestros rincones, sintiéndonos culpables, leyendo basura como los manuales de autoayuda, creyendo que no hay salida que así lo ha dispuesto el nuevo credo, el nuevo Dios liberal. No nos podemos quedar con los brazos cruzados doblando el espinazo ante este orden mafioso que nos sojuzga diariamente, empobreciéndonos material y espiritualmente día sí y día también. Pero no nos engañemos y miremos sólo a corto plazo, la cleptocracia actual que nos manda a votar cada cuatro años a los próximos gestores del capital, no romperán nunca las cadenas que aprisionan nuestra libertad. Si queremos una sociedad de pleno empleo, con justicia social para todos, con redistribución total de la riqueza, con igualdad entre hombre y mujer… en definitiva la Democracia en el concepto amplio de su palabra, de su verdad; debemos unirnos con las distintas personas, asociaciones o movimientos sociales que luchen por la creación de un mundo nuevo fuera de la barbarie y la mordaza capitalista.

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