El Lince Rojo

EL LINCE SOLITARIO RECORRE SU HÁBITAT LIBRE COMO EL VIENTO SIN OBEDIENCIAS, SERVIDUMBRES NI ADULACIONES.

martes, 29 de mayo de 2012

En el nombre del padre y del hijo


El padre le dio un beso a su hijo una vez que lo acostó y después le contó un cuento antes de que se durmiera. Mientras su niño cerraba los ojos el padre lo observó durante un buen rato pensando en la suerte que tenía de estar ese instante con él. Lo que tendría que ser la norma,  pasar la mayor parte del día con su hijo, se volvía la excepción. Cómo sacar tiempo para enseñar, jugar, disfrutar de su compañía si tenía que buscarse la vida en trabajos extenuantes, mal pagados, sumergido en la vorágine de la vida cotidiana convertida en un maltrato constante hacia su persona; malvendiéndose para comer y poder sobrevivir junto con su pequeño. Pensaba en esta vida presente mutilada, robada, saqueada, escamoteada.
Cada día que pasaba veía como los dolores en las cervicales aumentaban fruto de doblar la cerviz día sí día también en un robo continuo de la dignidad. Caminaba y veía a mucha gente que no se daba cuenta, o no quería darse cuenta, del mundo atroz, salvaje, individualista que les dirigía y sometía. Lleno de furia no entendía porque las personas se dejaban someter y engañar por una vida ideal prometida por las clases dominantes para poderlos estrujar, manipular y devorarlos mejor, sin el menor asomo de moralidad. La esclavitud, pastoreada por el dominio de la mente y del miedo, ya no necesita ejércitos que sometan; la ideología dominante posee los medios de comunicación que es un arma más potente más letal. Salirse del rebaño era su única oportunidad, encontrarse con nuevas luchas de liberación humana. Para hablar de reconquista de espacios públicos, de democracia directa, de redistribución de la riqueza, de justicia social, del derecho al trabajo y de su reparto, de solidaridad, cooperación, del ocio como virtud alejada del consumismo… en fin de un mundo socialista, ecologista y decrecentista. Pero para ello es necesario saber en qué bando de la barricada estás; donde la lucha de clases está en su punto más atroz, más sanguinario, con el Capital en su máximo esplendor, embistiendo por doquier. El futuro de su hijo, como el suyo como el de todos los trabajadores está en esta lucha contra el capitalismo porque el inmovilismo nos conducirá inexorablemente al fascismo.

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