En los próximos meses
veremos el renacer de medidas que conducen a estimular el crecimiento económico
y no sólo a seguir con las políticas de ajuste. Es de suponer que ahora todos
los medios de comunicación se pondrán a la tarea de difundir esta luna nueva a
todos los ciudadanos con la letanía de siempre, que es lo que interesa a Europa,
que por fin nuevos vientos socialdemócratas suenan por el viejo continente y
toda una sarta de patrañas y tonterías como esas. Eso sí nadie de estos
representantes del capitalismo perseguirá el fraude fiscal, encarcelará a los
gángsteres que realmente nos gobiernan, nadie luchará por la creación de una
Europa social, democrática, antipatriarcal, ecologista y decrecentista…Supongo
que la maquinaria para la manipulación se pondrá en marcha; pero no nos
engañemos; la realidad será la que es hoy y seguirá siendo mañana; la
feudalización del trabajo continuará, para eso se ha aprobado esta Reforma
Laboral sanguinaria que simplemente es la puntilla de algo que viene sembrado
desde años atrás; la educación y la sanidad seguirán ese proceso privatizador
creando una dualidad, donde habrá una sanidad y una educación para ricos y otra
para pobres. En fin la lapidación de toda justicia social y el quebranto de
toda esperanza de sociedad solidaria, igualitaria y, en definitiva, humana.
La sangría que las clases
dominantes están ejerciendo sobre el conjunto de la sociedad acrecentan los niveles
de explotación, excluyen y asesinan a miles de vidas; esto les permite seguir
robando y acumulando riqueza con el amparo de un sistema que se define por la
tiranía, el latrocinio, el egoísmo, la opresión, el asesinato… Sin la
movilización de las clases dominadas, el despertar de las conciencias y las
luchas sociales no conseguiremos deshacernos de estas cadenas y de la lacra
neoliberal que nos invade.
¿Por qué aceptamos que más
de 2,2 millones de niños estén por debajo del umbral de la pobreza en España?.
¿Por qué aceptamos que más
de 80.000 personas mueran de hambre al día en el mundo?.
¿Por qué aceptamos que en
nuestro país casi el 25% de los hogares esté por debajo del umbral de la
pobreza?
¿Por qué aceptamos que se
sigan aplicando políticas que aumentan los niveles de pobreza, exclusión,
hipotecando nuestras vidas y las de las generaciones posteriores?...
Si queremos conquistar
nuestras libertades debemos dejar atrás la resignación, la apatía, el
nihilismo, la desesperanza que es justo lo que las clases dominantes esperan de
nosotros; la lucha social es la mejor arma que poseemos para la transformación
del mundo.
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