El Lince Rojo

EL LINCE SOLITARIO RECORRE SU HÁBITAT LIBRE COMO EL VIENTO SIN OBEDIENCIAS, SERVIDUMBRES NI ADULACIONES.

martes, 18 de diciembre de 2012

Cuando el Estado mata



Arrancando los corazones rotos de cuajo en esta España carcelaria y mortífera con los de abajo; así actúa sin compasión con sus habitantes, matando a dos personas en Málaga; iban a ser desahuciados de sus domicilios sin ninguna razón. Estafados, acorralados, devorados, aniquilados, violados por los bancos, por las personas que manejan el bodrio social y económico que nos han impuesto para convertir nuestra vida en el mejor de los infiernos mientras ellos construyen sus paraísos con la sangre del obrero desfallecido, del parado, del niño hambriento, del colegio masacrado, del hospital privatizado, de la pensión mutilada, de la felicidad robada. Cuántas vidas arrojadas a la miseria por la macabra mierda cotidiana que malvivimos, cuántos funerales por muertes cuyo brazo ejecutor es el propio gobierno, el presente que nos parió violado impunemente por las hordas sanguinarias que saquean nuestras almas.
Un hombre y una mujer han puesto fin a su vida porque así lo mandó este infierno llamado capitalismo que padecemos; da igual el lugar, la fecha porque desgraciadamente no serán los últimos. Los gestores de estas muertes, cómplices de estas vidas finiquitadas por la brutalidad, la sinrazón y la tiranía de unas instituciones serviles con los mafiosos, con los criminales, con los ladrones que han secuestrado nuestras libertades para ponerlas en venta y al servicio de los especuladores, mercaderes, grandes empresarios y demás bestias que alimentan a su gran Dios el Capital.
¿Acaso el presidente del estado, los presidentes autonómicos, concejales, ministros... y demás miembros de esta dictadura económica han movido un dedo para evitarlo? Nada de nada, todos culpables; apoltronados en sus sillones, administrando el saqueo, mimando los intereses de los de arriba y, por supuesto, los suyos, los del partido de turno. Una dejación total y absoluta a la hora de velar por los intereses de la mayoría y un enaltecimiento, una ignominia nauseabunda cuando platican, se venden, se sumergen, se mutan con los poderosos, sus verdaderos amos, sus clientes, sus padrinos, sus verdaderos capos.
Justicia popular, revolución poética, rebelión cívica sería marchar los seis millones de parados, los millones de trabajadores explotados con sueldos de hambre, los pensionistas con pensiones infumables, los excluidos, los sin justicia, sin educación, sin sanidad, sin futuro porque nos están robando todo. Una gran marcha con antorchas y desahuciar a los Reyes, a los botines, a los rajoy, a los rubalcaba, a los mas y tantos y tantos otros defraudadores, especuladores, banqueros… aporrearles, brutalizarlos, amedrentarlos, hacer que se suiciden, quitarles su hogar, su pensión, su medicina privada, su educación de pago… ¿A qué esperamos? Somos legión pero vivimos en el temor de esta cárcel de alta seguridad llamada España.  
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