El Lince Rojo

EL LINCE SOLITARIO RECORRE SU HÁBITAT LIBRE COMO EL VIENTO SIN OBEDIENCIAS, SERVIDUMBRES NI ADULACIONES.

jueves, 17 de enero de 2013

Culpable



EREs, despidos sin ton ni son, miedo en el cuerpo, ¿seré el próximo?, sueldos infumables, horas extraordinarias que no se pagan, horarios en el trabajo de sol a sol, sindicatos mayoritarios amarillos apoltronados al sol del capital que más calienta, atomización, conciliación familiar risa me da, explotación elevada a la estratosfera… Y al final la inmundicia laboral ataca de nuevo y te toca el gordo de la lotería y a la calle te vas gracias a décadas de reformas laborales antiobreras, agarras la indemnización que asco da; bienvenidos al neofeudalismo del siglo XXI. Colas en las oficinas de empleo, coges tu prestación de desempleo y comienza la cuenta atrás.
Eres uno más de los seis millones de parados que existen en la España de los Auschwitz; con la pereza que da mil bostezos en la boca empieza el ímprobo trabajo de buscar el no trabajo. Pasan las horas, los días, los meses y no hay nada con que prostituirse decentemente; te paras, piensas en la autoexplotación, perdón la cabeza juega a veces malas pasadas, quería decir el autoempleo;  mientras vas cavilando a ver si alguna idea interesante pasa por tu mente sigues con el empeño de seguir con tu tarea de buscar curro. Al final tras realizar cursos para distraer tu mente, rebelarte por las calles, mirar en el vacío de tus bolsillos, la desesperación comienza a desollar tu alma.
El sistema no lo has elegido pero te tiene bien atrapado con mil sogas alrededor del cuello; lucha, lucha dice tu conciencia, organízate y que comience la metralla a salir por tu boca y tu corazón. Más que miedo lo que sientes es angustia, rabia, frustración, odio. Te culpabilizan de tu situación, te degradan para que te sientas un parásito de la sociedad. Pero ¿qué es lo que pasa allá afuera?. Los mismos que te obligan a no tener medio de subsistencia, los mismos que te obligan a trabajar miles de horas a cambio de un sueldo de hambre, los mismos que te han alienado para convertirte en un esclavo del consumo, de la apariencia, del tener; son los buitres de la muerte que vacían tu mente, se alimentan de tu carne, devoran tu felicidad. La libertad se esfumó como el viento, creías que era un sueño y resultó ser una pesadilla; no tienes elección; te han robado y te siguen esquilmando a ti, a mí y a todos nosotros.
Y los días pasan y las nubes ya ni se levantan. Todo gira en un continuo estado de deslocalización, desregulación, flexibilidad; es decir, esclavitud, precarización y paro forzoso. Vives en la exclusión esperando volver a la explotación y la rueda sigue y sigue girando. No eres más que una pieza más de usar y tirar dentro del engranaje económico, social y político que te tiene maltratado día sí día también.
Y los que manejan los entresijos del poder; los que corrompen, trocean los bienes sociales y los venden, los que saquean, los que te explotan y se ríen de tu puta cara; esos mismos sí, esos en los que piensas y millares más, amasando dinero público a espuertas, enriqueciéndose gracias a tus desgracias, a tus desahucios, a tus despidos, a tu esclavitud, a tu muerte en vida.
Ellos quieren que bales todo el día, que te compadezcas, que te sientas culpable. Nada de eso, no aceptes, interiorízate salvaje, no eres un esclavo, no estas sólo en la podredumbre de este sistema de homicidas. Te quieren vender su manera de vivir, su manera de ser, su manera de proceder, su manera de vestir. Sabiendo que te tienen cogido por fuertes cadenas; nunca les alcanzarás, te han individualizado, te han convertido en un muerto viviente, en una oveja más; tu destino es vivir y estar consumido dentro de sus prisiones. Cuando ya estés vaciado, atomizado y lapidado a vivir al limbo porque la Bestia capitalista ya no te querrá dentro de sus fauces.
¡Culpable! Grita el extorsionador, el político-mafioso gestor del capitalismo, el banquero, el especulador, el gran empresario; los mismos que te roban tu libertad, tu dinero, tu espacio, tu tiempo, tu ser.
Los mismos que juegan y se lucran con el hambre, las enfermedades y la muerte de millones de personas al año; los mismos que bombardean, destrozan y revientan la tierra que un día nos vio nacer.
Por caminos empedrados seguiremos errando pero siéntete fuerte y alimenta tu alma y tu espíritu. ¡Instruyámonos!. Que no nos cojan ignorantes, vaciados de mente. No camines de rodillas que se te van a ensangrentar, ni dobles tanto el espinazo que se te va a partir. Mantente de pie, erguido, que no te vean agachado, pusilánime, suplicante. Y lucha contra toda esta morralla asesina no nos queda otra.
BREVE; BREVÍSIMO DIÁLOGO IMAGINARIO: Estoy reunido mentalmente con el filósofo anarquista francés Michel Onfray. Quisiera hacerle una pregunta antes que la neblina de mi conciencia se lo lleve a otros menesteres.
YO: ¿Cómo describirías al hombre burgués, capitalista?
M.O.: El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente.

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