Se
acabaron las fechas navideñas de excesos de comidas y consumismo
obsceno para bien del sistema idiotizador y manipulador de masas.
Millones de niños reciben como regalos apagones de luz y frío polar
en sus casas gracias a un gobierno al servicio de las empresas
mafiosas energéticas; privatizadas en su momento por los fascistas
del pp o del psoe con los apoyos inestimables de los nacionalismos
excluyentes periféricos. Nace el 2017 como murió el 2016 con una
mayor desigualdad social y una corrupción execrable que inunda todas
las instituciones del estado de desecho nacional. El caso gürtel,
pretoria, eres, noos, pujol... evasión fiscal, blanqueo de
capitales, expolio de dinero público que nunca será devuelto. Una
gran marea de delincuencia que inunda a políticos, empresarios,
sindicalistas del régimen, cabestros coronados, financieros y un sin
fin de personajes siniestros que se han hecho millonarios gracias a
un sistema que premia el robo y la economía criminal por encima de
cualquier cosa. Todo miembro del mundo profesional de la política
que toca poder busca su propio beneficio personal y se postra al
servicio del privilegio, gestionar los intereses de las clases
privilegiadas será su oficio. Y de allí a cualquier consejo de
administración de las grandes empresas terroristas del IBEX-35 por
los servicios prestados. Corrupción y capitalismo salvaje unidos de
la mano. Así se montó este circo macabro borbónico con su
constitución protegiendo el desvarío sanguinario hacia las clases
populares. Mientras las capas más desfavorecidas del país viviendo
en la precariedad laboral y rascándonos los bolsillos para llegar a
fin de mes.
Se
ha mercantilizado hasta el aire contaminado que respiramos. Uno se
levanta por las mañanas a que lo exploten y le manden. Casi un 30%
de los trabajos
basura que se han consiguido el pasado 2016 tienen una duración de
menos de siete días. Y muchas personas no consiguen ni esta parcela
de esclavitud. Mientras los cortesanos del régimen reciben sueldos
millonarios a costa de todos nosotros y en contra de nuestros
intereses.
El fin del trabajo
asalariado y la socialización de los medios de producción ha de ser
la meta y el fin. Un trabajo que busque no el beneficio económico y
la destrucción física del planeta y del ser humano; sino un trabajo
libre en beneficio de la comunidad donde se trabaje muchas menos
horas y se busque la realización y el bienestar personal y de todos.
“Cuando
contamos el número de los que no producen, dentro de países
civilizados, de personas que trabajan en industrias nocivas que
deberán desaparecer, y de intermediarios inútiles, vemos que cada
uno de ellos podría duplicar el numero de productores reales.
Bastaría con reducir el despilfarro de la fuerza humana al servicio
de familias ricas, o de la administración que cuenta con un
funcionario por cada diez habitantes y usar esas fuerzas para
aumentar la productividad de la nación, limitar las horas de trabajo
a cuatro o a tres, a condición de conformarse con la producción
actual” . P.
Kropotkin
No hay que luchar por tomar las fábricas, sino por destruirlas, hacer un mundo diferente, no "sin amos" el propio sistema sería nuestro amo y nos sometería, sería imposible rebelarse contra algo abstracto, realmente esa es la peor pesadilla, que el enemigo físico desaparezca, porque entonces no podremos vencer jamás.
ResponderEliminarLa lucha por derechos y mejoras puede ser el camino, pero nunca la meta, esa es Su meta, no la nuestra, pero esto no lo comprende ningún "izquierdista". Antes se luchaba contra el opresor, contra el fascista, contra el ocupante... ahora, somos "clase media", estamos en "democracia" Estas son las peores mentiras y los cambios más terribles que se han producido: el mayor de los engaños. Ahora somos nuestros propios explotadores, nuestra propia policía, dentro de poco, será totalmente como digo y por nuestra culpa, porque ellos lo tienen previsto desde hace mucho y vamos a matarnos por conseguir lo que ellos quieren imponernos.
Salud!